EL CHOTA, TRAZOS DE NUESTRA IDENTIDAD AFROECUATORIANA.



 
 MAMA ZOILITA, LA REINA DE LA BOMBA DEL CHOTA.

Mama Zoilita, como le llama su gente afro, nació hace un poco más de 79 años en lo que se conocía como el Valle del Coangue en el Chota, época dura, donde el trabajo en las haciendas poco o nada daba para comer, la esclavitud hace ya mucho tiempo había terminado, pero lamentablemente la explotación, el racismo y la humillación eran una constante diaria.

De niña fue aprendiendo de sus mayores los relatos que le hablaban de su historia, de su Pueblo Negro, de sus padres y abuelos heredó aquellas memorias de ritmos y bailes como una forma de resistencia cultural y defensa de su identidad, acabo la primaria en su natal Chota y se dedico al trabajo, para ayudar en su casa como era normal en aquellos tiempos.

Fue creciendo en su terruño, amando su tradición y costumbres, joven se casa y llega a tener once hijos de los cuales cuatro mueren y siete crecen con el ejemplo de una madre trabajadora y abnegada que supo criarlos con su ejemplo de lucha y tesón, muchos de ellos son profesionales orgullosos de sus raíces como se los inculco la Mama Zoila.

Una pasión constante que inunda sus venas y le desbordan el alma, la transforman al sonido de la Bomba del Chota y en una Mágica Danza se despliega la alegría en sus voladores pies y erguida cabeza, que mantienen en equilibrio una botella de puro durante el baile, Mama Zoila hace vibrar el Corazón de su Pueblo Negro a cada paso.

Hoy a los casi ochenta años de edad sigue bailando, fortaleciendo la Memoria y animando a los jóvenes de su tierra a seguir su ejemplo, ha sido capacitadora en estas expresiones culturales durante mucho tiempo, formando nuevas generaciones que mantendrán en alto su Identidad y Cultura Afroecuatoriana.

Su imagen ha sido utilizada por entidades públicas y privadas para difundir el turismo y la cultura en Imbabura y ha sido objeto de algunos homenajes simbólicos, sin embargo nunca ha obtenido un ingreso económico por ello, salvo por su propio esfuerzo y trabajo, ante la insistencia de sus hijas e hijo para que se cuide y abandone el baile por sus problemas cardiacos, ella riendo contesta…yo moriré bailando…


Por: Juan Acosta Salazar