RESEÑA HISTÓRICA DE LA COMUNA BELLAVISTA DE TOCACHI.



En las Memorias del Pueblo, yace la VERDAD.

Actualmente en un proceso de revitalización comunitaria los pobladores de la Comuna Bellavista de Tocachi, están empeñados en recuperar su memoria, raíces e identidad, fortaleciendo sus actividades socioculturales e identificando su Patrimonio Cultural Material Inmaterial y Natural, ya que el mismo puede convertirse en un recurso de atracción turística que con un adecuado manejo sustentable fortalezca las dinámicas económicas locales, mejorando la calidad de vida de todos sus habitantes y evitando el desmembramiento comunitario.

Las comunidades de la zona de Tocachi fueron despojadas constantemente de sus tierras mediante engaños, presiones y maltratos, existen documentos que reposan en los Archivos del Instituto Otavaleño de Antropología que demuestran fehacientemente las acusaciones y litigios ventilados alrededor de 1820, en los juzgados de la Real Audiencia de Quito.
Mingas agrícolas comunitarias, formas ancestrales Andinas de Trabajo Solidario.
 
Luego durante la República se sigue con el despojo a los comuneros y la lucha de estos por recuperar lo que desde tiempos inmemoriales siempre les había pertenecido, su Pacha Mama o Madre Tierra, aquella que los alimentaba día tras día a ellos y sus familias, por eso el respeto y culto que le profesaban las Culturas Andinas.

La historia oficial del Ecuador por lo general tan sólo valora los 500 años del proceso de la conquista, colonia, independencia y etapa republicana, desconociendo así más de 15.000 mil años del desarrollo de un Modelo Cultural Andino, con su ciencia y tecnologías propias de la etapa precolombina de nuestro país.

En lo que hoy son territorios de la Parroquia de Tocachi, perteneciente al Cantón Pedro Moncayo, Provincia del Pichincha, existen los testimonios más importantes de la Cultura Caranqui, una desarrollada sociedad de la Sierra Centro Norte que se estableció en las Provincias de Pichincha e Imbabura, los límites de la macro área arqueológica  Quitu – Cara, ubicados hasta el momento son al sur; el Río Guayllabamba y al Norte; el Río Chota. Su cronología o etapas de ocupación datan desde los años  850 D.C. al 1550 D.C. 

El patrón arquitectónico más representativo del Pueblo Cara son las Pirámides cuadrangulares sencillas y elaboradas con rampa, sitios estratégicos donde de acuerdo a diferentes investigaciones históricas y arqueológicas existieron centros ceremoniales y de observación astronómica que permitieron elaborar un calendario agrícola regido por los diferentes equinoccios y solsticios, en estas fechas los Pueblos Originarios celebraban sus festejos principales en homenajes a sus deidades tutelares que estaban representados por El Sol, la Luna, Montañas, Lagos y Cascadas.

Es en esta zona donde se desarrolla uno de los episodios épicos más importantes de nuestra historia precolombina, el de la resistencia de la alianza entre Caranquis, Cayambis, Quitus, encabezada por la Mama Quilago, regente y sacerdotisa de las Pirámides de Cochasquí que aliada al cacique Cayambi; Nazacota Puento se oponen heroicamente al avance incásico por más de 15 años, causándoles enormes pérdidas a los invasores, resistencia que finalmente termina heróicamente en una laguna conocida desde esa época como el Lago de Sangre o Yaguarcocha, por la matanza realizada por los ejercitos imperiales del Tahuantinsuyo contra la población nativa, la presencia inca en estos territorios no sobrepasa los 60 años.

Sobreviene  luego la conquista española, donde los indígenas son sometidos a las reducciones, obrajes, batanes y haciendas, sin embargo la corona española reconoce cierto poder de los caciques locales y el control comunitario de parte de sus tierras ancestrales, por lo general estas tierras eran aquellas cercanas a los páramos.

Desde los inicios de la conquista la Iglesia persiguió toda manifestación pagana de los indígenas, y se inicio un proceso llamado “la extirpación de idolatrías”, se ordeno destruir todos los adoratorios, huacas, centros ceremoniales y prohibir las fiestas principales por considerarlas muchas veces diabólicas, en cierto modo lo lograron pero en un proceso de sincretismo cultural las antiguas fiestas precolombinas se mimetizaron en fiestas de carácter religioso católico como los San Juanes y San Pedros, donde subsisten en la memoria colectiva del pueblo.
Ayahuma, cabeza de la fiesta comunitaria.
 
Este es el contexto general donde se desarrollan los procesos históricos y sociales de los pobladores de la Comuna Ancestral Indígena de Tocachi, la misma que es poseedora de un Patrimonio Cultural Material e Inmaterial relacionado a su milenario pasado, así como un Patrimonio Natural que se expresa en las diferentes fuentes de agua, cascadas, y biodiversidad característica nativa andina, la Comuna obtiene su reconocimiento jurídico en el 18 de Diciembre de 1976,  por decisión mayoritaria de sus miembros y las características descritas anteriormente varia su nombre por el de Comuna Bellavista de Tocachi.

Grupo Cultural Comunitario de Tocachi.
 
En sus fiestas se nota la fusión de lo indígena con lo español, este mestizaje intercultural está representado por personajes festivos como el diablohuma o ayahuma, los pingulleros, chamizas, juegos pirotécnicos, corridas de toros populares, tanto en el mes de Junio en San Pedros como en Septiembre con las Octavas de la Niña María, celebración religiosa que mantiene una gran cantidad de fieles que acuden a venerar la milagrosa imagen. 

By: Juan José Acosta Salazar
Gestor Patrimonial
PROCULTUR

9-01-2013.





















Autor: Juan Acosta.