“VALORACIÓN A LA CULTURA E IDENTIDAD DE LOS PUEBLOS AMAZÓNICOS”


MEDICOS O CURANDEROS AMAZÓNICOS

Estelina Quinatoa Cotacachi

Ponencia en:
EN SIMPOSIO INTERNACIONAL: “EL AMAZONAS RUTA CULTURAL MILENARIA”, XXV DE “LA EXPEDICIÓN EN CANOA DEL AMAZONAS AL CARIBE”. CCE. PROCULTUR.

Un reconocimiento a mis hijos en esta ponencia: a Andrés Ayala por la corrección literaria, a Tomás  Ayala y Tamia  Ayala.

Para empezar a hablar sobre las culturas amazónicas ecuatorianas, quiero expresar mi profundo respeto a todos los pueblos de esa región, pedir  permiso a sus ancianos (guías espirituales tradicionales), como también solicitar la aprobación a sus dioses protectores.
Debo indicar que en principio son las nacionalidades amazónicas quienes deben tener la oportunidad de hablar de su vida, su cultura e identidad en primera voz y ojalá dentro de su propio contexto para obligarnos a un acercamiento respetuoso a su cosmovisión y valorar su relación con el medio ambiente.

Quiero compartir mi reflexión sobre las investigaciones en esta región y el respeto a la cultura de los habitantes originarios, quienes han tenido un tratamiento injusto como grupo humano en temas: históricos, antropológicos, arqueológicos, sociales, sus aportes para conocer la biodiversidad, su especial interrelación con la naturaleza, etc.

Según Miguel Cabodevilla (1996) sacerdote que traspasó su misión religiosa para valorar y defender las culturas del Oriente ecuatoriano, allá no había  “selva virgen”, pues estuvo habitada miles de años atrás. Que para el mundo occidental sea  conocida únicamente desde hace cinco siglos atrás no es una visión real ni completa. La cuenca amazónica es un sistema vivo donde el agua, es el principal elemento que lo constituye y lo define. Esta cuenca está conformada por el drenaje de las aguas que llegan desde la cordillera andina, de las precipitaciones formando humedales y trazos de los ríos secos que crean planicies inundadas, la suma de estos fenómenos establecen la base para la rica biodiversidad amazónica.

La presencia de petroglifos y  objetos de cerámica y piedra representando a las deidades antropo-zoomorfas con contenido simbólico son las evidencias materiales de las poblaciones milenarias que habitaron la selva, donde había una interrelación profunda entre naturaleza y seres humanos; las personas originarias domesticaron y conocieron las características de la flora y fauna. Las actividades estaban organizadas en grupos de cazadores y recolectores, otros dedicados a la horticultura y a distintas actividades para satisfacer sus necesidades.

La selva es el espacio natural de estos pueblos, desde tiempos inmemoriales  varias sociedades ocuparon las riberas de los ríos y la parte alta de los territorios. Su medio les exigió la habilidad de movilizarse sobre los ríos en las embarcaciones construidas con un conocimiento experto de los materiales y las formas.

Desde la visión ajena a su cultura se los clasificó como tribus o clanes, a las estructuras sociales y guerreras de supervivencia propias del lugar con incursiones de explotación de recursos. Estas sociedades formaron unidades parentales al interior del conjunto, basada en la endogamia, con intercambios matrimoniales entre clanes y linajes.

Según varios estudios, sus viviendas tradicionales son conocidas como “malocas” o “jea” eran y continúan siendo casas colectivas que albergan a familias extendidas de varias generaciones. Las malocas duran aproximadamente 25 años. Los materiales para su construcción  fueron: la palma de pijuayo, árbol que tenía referencia cósmica,  como una réplica de la casa celestial donde habitan las deidades que siguen a la trayectoria del sol y de varias constelaciones.

El árbol de “pijuayo” o palma de monte a más de ser el material por excelencia para la construcción de sus viviendas, está cargado de una simbología religiosa en todas sus partes, completamente utilizada  para una vivienda colectiva: el tronco para pilares,  la parte interna líquida del tronco para fermentar sus bebidas, las hojas para las cubiertas, y su corteza es utilizada para pisos y embarcaciones.

La vida semi-sedentaria dio lugar a la toma de conciencia sobre territorialidad por parte de las personas, especialmente en los pueblos asentados en las riberas de los ríos.

Los pasos naturales en la ceja de montaña de la cordillera oriental también jugaron un papel importante en la supervivencia y desarrollo de estas sociedades al permitir el flujo de migraciones dedicadas al comercio y el intercambio cultural con los centros occidentales de Papallacta, Baños, Palora, etc. Por eso se entiende la estrecha relación  cultural en el desarrollo de las culturas serranas y costeñas, su influencia en los conocimientos de la medicina y la estética utilizando materiales  amazónicos, como el caso de las plumas multicolores y una gran variedad de semillas.

“La selva vive permanentemente un ciclo autónomo, crece, se alza sobre su propia caducidad: así devora sin pausa los restos de unas culturas aniquiladas que fueron construidas con sus mismos materiales perecibles”. (Cabodevilla, 1996: 24)

Desde el principio su organización social estaba regida por los sabios conocedores de los secretos de la naturaleza y de los espíritus de la selva, lo que les permitió una comunión con la naturaleza y ubicarse de manera igual que los demás elementos a su alrededor. Así se desarrollaron y coexistieron diversos grupos humanos cada uno con su propia lengua e identidad cultural.

En la antigüedad fueron grupos humanos desarrollándose con un sentido histórico de territorialidad étnica respetando los derechos ancestrales de los linajes. Explicando su presencia y espacio físico a través de los mitos. Al igual que en otras sociedades los pueblos amazónicos atravesaron fusiones, guerras y migraciones por esta dinámica cultural.

                                   


Estas poblaciones se enfrentan hoy a situaciones distintas como consecuencia de la llegada de otros grupos humanos ajenos al medio y a sus culturas.  Ejemplo claro son los Huaorani quienes han sido grandemente afectados por su resistencia a abandonar las antiguas formas de vida trans-humante.

En cuanto a las investigaciones desde el mundo occidental las investigaciones arqueológicas, han sido muy escasas; por ejemplo se conoce el trabajo de los esposos Evans y Meggers. Entre 1956 y 1968 se encontraron algunas evidencias habitacionales de los amazónicos muertos y fueron ellos quienes denominaron a una determinada clase de cerámica como la “Fase Napo”. Pedro Porras, en sus publicaciones en los años 1973, 1980 y 1987 describe varios sitios y materiales desde Jondachi para describir a los primeros amazónicos exclusivamente cazadores y recolectores, luego de los grupos sedentarios y horticultores, además de los contactos con la Costa por los objetos de spondylus  hallados en la Cueva de los Tayos.

El sitio que Porras llamó “Sangay” fue denominado por Ernesto Salazar  “Huápula”, son estructuras y montículos de carácter ceremonial. Francisco Valdez sus trabajos más recientes en Morona Chinchipe en el sitio “Palanda” del período Formativo muestra las evidencias de contactos con la costa peruana.

En las décadas posteriores se ha realizado la “arqueología de rescate” patrocinado por las petroleras (cumpliendo con un requisito de la Ley de Patrimonio Cultural).  Trabajos de Santos Ortiz Villalba, Echeverría, Netherly, Delgado, Vásquez, entre otros han aportado en el conocimiento de objetos y sitios ancestrales amazónicos; materiales que han permitido la información  para conocer su cultura.

Según los registros, en el siglo XVI, los capitanes españoles: Orellana, Pizarro y Pineda lideraron grupos expedicionarios hacia el oriente entrando por primera vez en contacto con estos pueblos. Las incursiones paulatinas de los misioneros con  objetivos religiosos, ingresaron a la selva; es así que  Dominicos y Franciscanos establecieron misiones, posteriormente, en el siglo XIX los Jesuitas y en el siglo XX los Capuchinos y Salesianos quienes continúan con este proceso hasta la actualidad, con el mismo fin los misioneros evangélicos del Instituto Lingüístico de Verano ILV. Este último fue el autor de consecuencias desastrosas a las culturas amazónicas por el cambio radical de cultura de los evangelizados.

El fin de estas misiones era “evangelizar y civilizar” a los grupos humanos considerados como “el buen salvaje”, “material” para las buenas intenciones de los “salvadores”. Salvo contados casos excepcionales como el proceso Salesiano, la mayoría llegó con una lógica cultural muy distinta a la existente en la Amazonía.

En cuanto a los antropólogos que han trabajado en esa región debo reconocer el trabajo realizado por Jorge Trujillo, quien durante décadas ha compartido la vida de los amazónicos y difundido sus experiencias desde el respeto hacia su cultura. Trujillo reconoce el aporte de estos pueblos, sobre todo en el conocimiento de las características y propiedades de plantas y animales, el dominio por parte de sus guías-médicos  y el manejo de las fuerzas espirituales presentes en la Amazonía como alternativa para la salud. (Comunicación personal, 2008)

Se sabe que los Incas realizaron pocas incursiones a este territorio.  Sin embargo se conoce que los Incas tenían relaciones comerciales con estos pueblos, sobre todo por los productos suntuarios, de plantas y maderas sagradas, así como la obtención de los conocimientos y prácticas para la salud a través de los chamanes amazónicos.

Es importante anotar que partir desde el siglo XIX,  empezó con fuerza la migración  indígena desde varios lugares de la Sierra hacia la Amazonía, muchos huyendo de la sobre-explotación laboral por parte de los hacendados, encontrando refugio y posibilidad de supervivencia entre las culturas amazónicas, iniciándose  el mestizaje biológico y cultural.  Desde aquellos tiempos la fluctuación de migrantes indígenas no se ha detenido, continuando hasta ahora, aunque en mucho menor grado.

El mestizaje indígena amazónico y serrano, dio origen a los pueblos hoy denominados Kichwas del Oriente. El idioma Kichwa se ha ido generalizando y hoy tiene identidades propias como lengua amazónica siendo parte de los rasgos lingüísticos identitarios del  segundo grupo humano más numeroso de la región.

Las incursiones de gente foránea, como es el caso de los extractores de caucho, cuyo fin fue exclusivamente explotar este material con objetivos económicos, devastaron no solo la naturaleza sino todas las formas de vida endémicas. Las petroleras extranjeras y nacionales, salvo contados casos, recurrieron al trabajo de los antropólogos y otros especialistas para determinar la cantidad de personas y su forma de vida controlando el impacto en los pueblos estudiados y verificando el cambio cultural de los pueblos. Por otro lado la agresiva extracción petrolera en la región amazónica es devastadora exterminando toda forma de vida al envenenar  el suelo, plantas, animales y seres humanos.

Durante el siglo XX, las distintas migraciones  de la población mestiza denominados como “colonos” poblaron, sobre todo la parte norte de esa región, ocupando la selva e implementando sobre todo la ganadería, tala de bosques, la agricultura de productos no nativos depredaron y transformaron el medio ambiente original. De manera que ahora el paisaje amazónico endémico existe solo en lugares alejados  donde habitan los  indígenas que voluntariamente han decidido mantener y vivir  su cultura original.

CULTURA, IDENTIDAD Y PATRIMONIO DE LAS NACIONALIDADES AMAZÓNICAS
La cultura se edifica dentro de la realidad socio-histórica, como una construcción dialéctica por la respuesta y creación ininterrumpida de los seres humanos frente a su vida y realidad, realizando la producción simbólica. Posibilita el equilibrio entre cambio, permanencia y transformación. “Entendida la cultura como forma de ser y de hacer, en el cual un pueblo construye sus significantes y significados, podemos comprender que ella “modela” una identidad que la distingue y la diferencia”. La cultura como construcción simbólica.

De la cultura nacen las múltiples identidades como un discurso propio y legítimo. El atributo de la cultura es la "trasmisibilidad", que puede traspasar desde un individuo, una generación, una época, una región o un pueblo a otro por medio de mecanismos sociales, en una de "forma de herencia social".

Gracias a la cultura, los pueblos sometidos a la dominación y explotación han resistido y han reinterpretado elementos de la cultura dominante, para afirmar sus propios recursos culturales. El principal obstáculo entre el poder dominante y los pueblos dominados es la cultura. Sometidos en lo político, polarizados en lo social, dependientes en lo económico, nuestros países resisten a la colonización con su especifidad cultural (Ibarra, 2008).

Cultura e identidad no están separados ni contrapuestos, son una unidad que expresa los valores espirituales y materiales del ser humano. La identidad cultural es la matriz ideológica en la que un pueblo se puede reconocer como tal y actuar como conjunto colectivo. El proceso de construcción de identidad (individual y colectiva) es un acto de selección de elementos referenciales a los que se les asigna un sentido de propiedad y al que grupos e individuos se adscriben y a partir de los que pueden decir "Yo soy esto".

Art.21. Las personas tiene derecho a construir y mantener su identidad, a decidir sobre su pertenencia a una o varias comunidades culturales  y a expresar dichas elecciones;  a la libre estética, a conocer la memoria histórica de  sus culturas y acceder a su patrimonio cultural, a difundir sus propias expresiones culturales y tener acceso a expresiones culturales diversas.

No se podrá invocar la cultura cuando se atente los derechos culturales reconocidos en  la Constitución”. (Artículo de la Constitución del 2008)

Respaldados en la Constitución que reconoce y garantiza la diversidad cultural de los pueblos que conformamos el Ecuador: mestizos, nacionalidades indígenas, montubios y afro-ecuatorianos, como principio de aplicación de los derechos que faculta a ejercer, promulgar y exigir individual y colectivamente  los derechos culturales, con directa e inmediata aplicación en todas las instancias del Estado.

En relación a los derechos colectivos de los pueblos que conforman el Ecuador plurinacional y multicultural en el artículo 57 y 58 de la Actual Constitución  en materia de identidad cultural se establece  lo siguiente:

57.1. Mantener, desarrollar y fortalecer su identidad, sentido de pertenencia, tradiciones ancestrales y formas de organización social.
57.12. Mantener, proteger y desarrollar los conocimientos colectivos, sus ciencias, tecnologías y saberes ancestrales, los recursos genéticos que contienen la diversidad biológica y la agro-biodiversidad; sus medicinas y prácticas de medicina tradicional, con inclusión del derecho a recuperar, promover y proteger sus lugares rituales y sagrados, así como plantas, animales, minerales y ecosistemas dentro de sus territorios; y el conocimiento de los recursos y propiedades de la fauna y la flora”.

El Ecuador y los pueblos que conformamos, hemos heredado colectivamente de nuestros antepasados  remotos y mediatos un patrimonio valioso, construcción cultural que entendemos significaciones de la naturaleza; patrimonio histórico, patrimonio cultural y patrimonio natural es una construcción cultural sujetos a cambios en función de circunstancias históricas y sociales. Así nuestro patrimonio tangible e intangible colectivo incluye bienes culturales y naturales, este patrimonio se encuentra amparado por  nuestra Constitución, demás leyes del Estado y de instituciones internacionales.

El patrimonio de los pueblos sirve para establecer vínculos entre personas y pueblos generando un nexo entre generador y receptor, patrimonio que transcurre del pasado al futuro relacionando distintas generaciones.

El concepto y la valoración de patrimonio de un pueblo es una realidad material y espiritual, atribuido directamente a la existencia de los valores, ligado al sentimiento de propiedad real o simbólica, individual, colectiva y social de los que atribuyen o perciben esos valores que utilizan para construir ese sentimiento de propiedad y pertenencia. Procesos de construcción de identidades a partir de esos elementos patrimoniales.

“Sin embargo, el patrimonio cultural se enriquece por nuevos acercamientos de la colectividad a los objetos de su historia a través de los actos en los que generaciones sucesivas se reconocen como herederas y custodias de algo realizado por sus antepasados.”[1]

El patrimonio y la identidad cultural, como cualquier otro producto de la actividad humana, son elementos imprescindibles  para los pueblos y  éstos no son estáticos, sino entidades sujetas a cambios, condicionadas por factores internos y externos,  supeditados a una sistemática retroalimentación mutua.

El objetivo para las nacionalidades en este caso las amazónicas es la protección de la vida espiritual y cultural. Varios elementos de nuestra cultura como nuestra cosmovisión y nuestra manera particular de enfrentar las situaciones como por ejemplo frente a los componentes de la naturaleza, concebida como la Madre Tierra, la vida comunal y colectiva, las tecnologías agrícolas, etc., son heredados de los ancestros. Las nacionalidades y pueblos indígenas amazónicos continúan con las prácticas  religiosas ancestrales.

La recuperación de los objetos sagrados y ceremoniales por parte de las nacionalidades indígenas, también requiere de la capacitación, conocimiento y fortalecimiento de sus culturas con el fin de crear una apropiación real de estos principios.

La extracción legal e ilegal de los objetos en territorios y tierras de las comunidades, el saqueo de los buscadores de antigüedades se suman a la pobreza e ignorancia y la pérdida de los derechos sobre la tierra son factores decisivos para la industria del comercio ilícito de bienes culturales, los indígenas privados de su capacidad de subsistir por sus propios medios se han visto en la necesidad  de vender su patrimonio.

Si creemos en una cultura en evolución permanente, en plena comunicación a través de cientos de canales, creemos también en la afirmación de la identidad cultural, no como una momificación de formas del pasado para consumo turístico ni como una programación de resurrecciones formales que institucionalicen “estilos nacionales”, sino como una asimilación espontánea de lo que fuimos y todavía somos, como una revitalización coherente de nuestras precedencias que coexisten, es en este sentido que debemos entender  la conservación del patrimonio cultural  como fundamento de identidad.

Art. 380  Serán responsabilidad del Estado:

1.- Velar mediante políticas permanentes  por la identificación, protección, defensa, conservación, restauración, difusión y acrecentamiento del patrimonio cultural tangible e intangible, de la riqueza histórica, artística, lingüística y arqueológica, de la memoria colectiva y del conjunto  de valores y manifestaciones que configuran la identidad plurinacional, pluricultural y multiétnica del Ecuador.

La práctica y aplicación genuina de la Interculturalidad  garantizará el pleno ejercicio de los derechos de  los pueblos,  necesario para consolidar y reafirmar la unión de la población  plurinacional, para enraizar la democracia, la paz y la libertad, como expresión soberana, independiente y democrática de las nacionalidades: mestiza urbana y rural, indígena y afro-ecuatoriana.  El Estado intercultural debe garantizar la participación y compromiso de todas las nacionalidades hasta alcanzar el desarrollo económico, político y social en un marco de mutua cooperación, reciprocidad e igualdad. (Proyecto Político CONAIE ,1994)

La interculturalidad  deviene de una sociedad plurinacional y en el Ecuador amparados en  la Constitución desde el 2008, nos obliga a que en la práctica cotidiana respetemos y consideremos a las personas de la otra cultura, porque así esperamos que se respete nuestra cultura.  Esa alteridad exige que las culturas no amazónicas, principalmente la mestiza, conozca, valore y respete en su totalidad la forma de vida de las culturas 
amazónicas.   

Del Estado y gobiernos  esperamos que se inicien y fortalezcan los procesos de reinserción plena de los pueblos en el contexto nacional sustentado en el derecho que los respalde como entidades con particularidades socio-culturales.

En estos últimos años se ha intensificado la presencia en el ámbito público de los pueblos indígenas del Ecuador,  por su autodeterminación y resistencia, así como su voluntad de participar en la vida nacional han permitiendo crear diálogos entre las poblaciones mestizas, indígenas y afros.

Los pueblos y nacionalidades indígenas amazónicos tiene sus núcleos territoriales tradicionales y son: Achuar,  a’i o Cofan,  Waorani, Kichwa, Secoya, Shiwiar, Shuar, siona y Zápara  y posiblemente los pueblos sin contacto con la cultura nacional; los Taromenane, Tagaeri, cada una con sus lenguas y culturas.

A continuación presento los datos de sus realidades socioculturales, elaborados por las propias nacionalidades amazónicas, motivadas por sus organizaciones de base de datos para el registro de las organizaciones nacionales, sistematizado y publicado por el SIDENPE No. 30 del año 2002, con el fin de propender a la exigencia de sus derechos universales como pueblos ecuatorianos de cultura e identidad definida:

A’I COFAN.- Su lengua el A’ingae. Su territorio geopolítico tienen presencia binacional en Colombia y Ecuador. En nuestro país están ubicados en la provincia de Sucumbíos, cantón Lago Agrio, parroquias Dureno y Jambelí; cantón Cuyabeno, parroquia Cuyabeno; cantón Sucumbíos, parroquia La Bonita. En las  comunidades Sinangüé, Zábalo, Chandía Na’en, Tayuso, Coque, Dovuno y Dureno.

Su organización tradicional fue en grupos dirigida por un chamán. Desde 1955, por la intromisión del instituto lingüístico de verano, ILV se promovieron la nuclearización  de sus asentamientos, trastocando su cultura espiritual y médica como el uso del yagé
.
Territorio tradicional.- habitaban  en las cuencas de los ríos Aguarico, Guanúes y San Miguel incluyendo Lago Agrio capital provincial y sus alrededores. Su territorio fue atomizado y fraccionado a partir de 1967 por la explotación petrolera. Son seis comunidades Cofan. Su territorio ancestral lo están tratando con el Estado para conseguir su legalización.







SECOYA.- Su idioma es el Paicoca, tiene presencia binacional en Perú y Ecuador,  en la provincia de Sucumbíos, cantón Shushufindi, parroquia San Roque y en el cantón Cuyabeno, parroquia Tarapoa en las riberas del río Aguarico.

Organizados en el núcleo familiar, la unión de familias son las comunidades legalizadas como centros.  Políticamente están organizados como Secoyas. Ubicados en tres comunidades San Pablo de Catëtsiaya y Siecoya Remolino Ñe’ñena, en la parroquia de San Roque, cantón Shushufindi, Eno, en la parroquia Tarapoa, cantón Cuyabeno.

SIONA.- Su idioma es el Paicoca, presencia binacional en Colombia y Ecuador; en la provincia de Sucumbíos, cantón Putumayo, parroquia Puerto Bolívar y en el cantón Shushufindi parroquia San Roque.

Su territorio ancestral está en proceso de recuperación con las instituciones del Estado. Su ocupación en las comunidades de Puerto Bolívar, Bi’aña y Orahuëaya. La población Siona original fue diezmada por enfermedades introducidas por agentes foráneos y por la explotación del caucho en las que fueron involucrados directamente.

La influencia de las misiones religiosas y la migración provocada por ellas cambió el patrón de asentamiento de la forma dispersa a la nuclearización de aldeas. Se aliaron con los Secoya y conformaron la nacionalidad Siona-Secoya.  Actualmente están separados y los Siona conformaron la nacionalidad Siona del Ecuador. La cohesión social y política es muy débil debido a la tendencia a la dispersión resultado de la presión territorial por las petroleras y la colonización.

SHIWIAR.- Su idioma es el Shiwiar Chicham, actualmente son trilingües: Shiwiar Chicham, kichwa y español.  Los Shiwiar ha sido incorporados al complejo socio-etno-lingüístico Shuar y Achuar.

En 1950 el ILV afectó  radicalmente sus formas de organización social y espacial. Obligados a una vida sedentaria entraron en un proceso de evangelización y escolaridad que significó la adopción de una nueva religión y el aprendizaje del español.

Dentro de su patrimonio territorial los Shiwiar conforman las comunidades dispersas de: Kurintsa, Tunguintsa, Cambantsa, Panintza, Chuintza, Tanguntza, Juyuintza, Pientza y Bufeo.

Están ubicados en el sur este de la provincia de Pastaza, parroquia Río Corrientes. Tradicionalmente fueron los habitantes de los territorios en las cuencas altas de los ríos Corrientes y Tigre, localizadas en Numi-Inidi en kambaentsa cursos medio y alto de los dos ríos.
Sus asentamientos actuales son las riberas de los ríos Corrientes, Shiona y Chuintza, en el límite con el Perú  denominada franja de seguridad nacional. Pueblo en situación de binacionalidad  como resultado de la guerra entre Ecuador y Perú en 1941, quedando las familias en territorio fragmentado, disperso e incomunicado. En 1992  obtuvieron la legalización de una parte significativa de su territorio.

Fueron  reconocidos como nacionalidad por la CONAIE en 1999. Acción política que contribuyó al desarrollo en el manejo sustentable de los recursos naturales y protección de la biodiversidad en su territorio. Organizados en una asociación con sede en la ciudad del Puyo.

HUAORANI.- Su idioma es el Huao Tiriro, lengua que es patrimonio exclusivo de esta nacionalidad. Entre los Huaorani existen grupos fuera de contacto como los Tagaeri, Taromenane y Oñamenane, que viven dentro de su territorio legalizado. La población Huaorani  en contacto con lo exterior, están organizados en 28 comunidades. 

La unidad básica tradicional es el “nanicabo” constituido por familias ampliadas de seis a diez familias, que habitan dentro de una misma maloca. La unidad territorial o grupo local se denomina “huaomoni” que es la unión de varios nanicabos. Su organización social es de carácter endógamo, con matrimonios entre primos cruzados y a través de alianzas.  Las formas actuales de semi-asentamiento lo conforman dos o tres huaomoni de diverso origen, viven en malocas agrupadas o en grupos domésticos aislados. El organismo mayor es el Consejo Byle Huaorani, que es la Asamblea de toda la nacionalidad que dirige a la organización nacional Huaorani.

Su territorio abarca tres provincias: Orellana, cantón Orellana, parroquia Dayuma; cantón Aguarico parroquias Tiputini, Yasuní y Santa María de Huiririma; provincia de Pastaza, cantón Arajuno, parroquia Curaray; provincia de Napo, cantón Tena, parroquia Chontapunta.

Su territorio tradicional fue desde la margen derecha del río Napo y la izquierda del Curaray, mantuvieron sus territorios mediante guerras. A partir de 1958 con la presencia permanente del ILV se inició la época de contacto con lo exterior.  Su territorio legalizado en 1990 fue desmembrado del Parque Nacional Yasuní.

ZÁPARA.- Su idioma es el Zápara tienen presencia binacional en Perú y Ecuador, en la provincia de Pastaza, cantón Pastaza parroquias Sarayacu y Río Tigre.

Existen 10 comunidades Zápara en la parroquia Río Tigre: Cuyacocha, Conambo, Pindoyaco, Balsaura, Wininima, Torimbo, Shiona en la parroquia Sarayacu: Jandiayacu, Llanchama Cocha, Mazaramu.

Su territorio tradicional no está demarcado, desde 1970 tienen problemas por las incursiones de los Kichwa, colonos y Achuar. Su territorio legalizado está zonificado como área de reserva para la cacería. Están trabajando para la demarcación de su territorio.

En el año 2001 obtuvieron el reconocimiento de “Patrimonio Cultural y Material de la Humanidad” por la UNESCO con financiamiento para 10 años para revalorizar la cultura e idioma zápara. Se encuentran en el proceso de recuperación de su identidad.

ACHUAR.- Su idioma es el Achuar Chicham, perteneciente a la familia lingüística jivaroana. Tienen una presencia binacional, en Perú departamento de Loreto, provincias Alto Amazonas y Loreto. En Ecuador, provincia de Pastaza, cantón Pastaza, parroquias: Montalvo y Simón Bolívar, provincia Morona Santiago, cantón Taisha, parroquia Huasaga.
Están ubicados  en la riberas de los ríos Macuma y Huasaga, conformando 56 centros con aproximadamente 830 familias.

Los centros están asociados para facilitar la dotación de servicios de infraestructura básica. La unión de asociaciones conforma la Federación interprovincial Achuar del Ecuador, con una coordinación en la ciudad de Macas.

Su territorio ancestral fue en el Transcutucú en Pastaza y Morona Santiago. Sus territorios actuales están en tres comunidades: una en Morona Santiago y dos en Pastaza. Los títulos son colectivos por centros cuentan con sus propios reglamentos para la demarcación de territorio.

SHUAR.- Su idioma el Shuar Chicham, perteneciente a la familia lingüística jivaroana, al igual que los idiomas de los Shiwiar y Achuar de Ecuador y Perú y de los Awajun o Awaruna en Perú.

Los Shuar tienen presencia binacional  se encuentran en el Ecuador y Perú: departamento Amazonas, provincia de Condorcanqui, distrito Río Santiago, departamento Loreto, provincia Alto Amazonas, distritos Barranca y Morona.

En Ecuador: principalmente se encuentran ubicados en las provincias de Morona Santiago, Pastaza y Zamora Chinchipe, asentamientos en Sucumbíos y Orellana en la Amazonía y en el litoral en Guayas y Esmeraldas.

La familia es la unidad de reproducción biológica y cultural, es una sociedad clánica, sus miembros están unidos por lazos de sangre y conformados por familias ampliadas. La poliginia o matrimonio de los hombres con varias mujeres, preferentemente sororal, es decir  con las hermanas de la esposa (cuñadas) y el levirato (matrimonio con la viuda del hermano). Actualmente están en un proceso de cambio de tipo de matrimonio: monógamo y exógamo por las relaciones ampliadas e inter-étnicas. El poder político y religioso fue ejercido por un uwishim shamán, en caso de guerra nombraban a un jefe temporal. Los centros están aglutinados en federaciones.

Coordinan acciones en defensa de los derechos de las nacionalidades ante la presión de las petroleras. El sentido de pertenecía a la nacionalidad es muy marcado, es decir que su identidad es fuerte y vigorosa. Con la firma del Tratado de Paz entre Perú y Ecuador se han realizado encuentros binacionales entre miembros de la nacionalidad Shuar que fueron separados en 1941 por la guerra entre Perú y Ecuador.

La población Shuar está distribuida en aproximadamente 668 comunidades;  Muraya Shuar, (gente de la montaña), asentados en el valle del río Upano, Los Untsuri Shuar , (gente numerosa) situados entre las cordilleras del Cóndor y Cutucú, los Pacanmaya Shuar que viven en la zona del Transcutucú.

Su territorio tradicional fue la provincia de Morona Santiago y por la expansión petrolera y minera, de la presión demográfica y de los incontrolables procesos de colonización, paulatinamente los Shuar perdieron una parte de sus territorios ancestrales en las zonas colonizadas de Morona Santiago, que les obligó a ocupar tierras ribereñas y de selva baja en territorios de los Achuar en el Transcutucú y  en los de los Huaorani, Zápara y otros. Actualmente están en los procesos de recuperación de sus territorios.

KICHWA DE LA AMAZONÍA.-Su idioma es el Runa Shimi, con diferencias dialectales con el kichwa serrano, En Napo el dialecto del Bobonaza es hablada a lo largo del río Bobonaza y Puyo. El dialecto Tena, es hablada en Tena, Arajuno, Ahuano (relacionado al serrano). El dialecto Limoncocha es hablado a lo largo de los ríos Napo y Suno. Su segunda lengua es el castellano por la interrelación con la población mestiza.

Conforman una misma tradición cultural y lingüística: el pueblo Napo-Kichwa y el pueblo Kichwa de Pastaza o Canelo-Kichwa.

La ubicación geográfica y territorial de los kichwas del Napo se asienta en las provincias de Napo, Orellana y Sucumbíos, en las cuencas de los ríos: Napo, Aguarico, San Miguel, Putumayo y en las ciudades de Tena, Coca y Nueva Loja, en territorio peruano y colombiano. En la margen del río Napo, limitan con territorio de los Huaorani.

En las provincias de Napo, Pastaza, Sucumbíos, Orellana, están organizados aproximadamente en 438 comunidades, de base familiar o ayllu. En los años 60 se cambia notablemente su estructura organizativa sociopolítica de comunas, centros, asociaciones y federaciones por la opción ganadera como estrategia productiva y por la influencia cada vez mayor del Estado. Organizaciones regidas por un Cabildo, nombrado en Asamblea general es la máxima autoridad de los Kichwas.

Esta breve descripción de las nacionalidades amazónicas poseedoras de su lengua original, sus formas de vida similares y diferentes a la vez, propias de cada grupo, los problemas de despojo de sus territorios. La asimilación de nuevas prácticas culturales por parte de estas nacionalidades y por lo tanto sus nuevas necesidades en un medio que ya no les satisface, porque sus conocimientos, su relación sagrada con la naturaleza, han disminuido o se han perdido.  Sumergidos muchas veces involuntariamente en un nuevo sistema económico, social y cultural en el que la selva ya no les satisface como es  el caso del uso del dinero, forman parte de los grupos humanos más empobrecidos dentro del sistema político y económico del país.

El presente trabajo tiene el objetivo de incentivar al auditorio a reflexionar sobre esta realidad que nos atañe a todos los ecuatorianos y cambiar positivamente en el sentido humano para la construcción de una nueva sociedad intercultural equitativa, solidaria y sobre todo rica y diversa en culturas, trabajando para que podamos coexistir en armonía e igualdad de condiciones y oportunidades.

En el estricto sentido de humanidad, resarcir a estos pueblos lo que el Ecuador (Estado y población) le debemos  y tomarlos en cuenta no de manera paternalista sino como actores con poder de decisión al diseñar y ejecutar  nuevos sistemas y programas de vida y desarrollo en el Ecuador, con la garantía de su participación como dueños del patrimonio tangible e intangible, sus conocimientos de la flora y la fauna existentes en sus territorios y estos como indispensables para la existencia humana, es una alternativa de vida a nivel universal.

Desde donde estemos estaremos apoyando para que en un futuro cercano nos sentemos juntos las personas miembros de cada grupo cultural de nuestro país para cumplir el precepto de interculturalidad meta política actual, iniciando así un verdadero acercamiento y diálogo  entre ecuatorianos e ir construyendo nuestro propio destino común más justo .

Estelina Quinatoa Cotacachi


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ROSER Calaf Masachs/ OLAIA Fontal Merillaa (Coordinadores)
2004 Comunicación educativa del Patrimonio, eferentes, modelos y ejemplos”, Ediciones TREA, S. I. España

SIDENPE,
2002 Sistemas de Indicadores sociales de las nacionalidades y pueblos del Ecuador, Folleto de divulgación, Quito.

Zeidler James
1984 La Etno-arqueología de una Vivienda Achuar y sus implicaciones Arqueológicas, en Miscelánea Antropológica Ecuatoriana 3, Boletín de los Museos del Banco Central de Guayaquil.


Material fotográfico de Libros:
“Cuyabeno ancestral”
“Espírit of the Huaorani”
“Ecuador”
“Huaorani los últimos guerreros”
“Huaorani, A’i, Shiwiar y secoya”
“Vidas míticas”  y otros.




[1]Marta Arjona, en Patrimonio Cultural e identidad, página 13.