Los antiguos palacios, templos,
observatorios astronómicos y viviendas originales fueron arrasados durante la
conquista española por esa codicia de fáciles riquezas y pasajera gloria
por parte de los invasores. Pero las piedras angulares con
las que se reedifico la ciudad son aquellas labradas en los tiempos en que
nuestros mayores conversaban con el Sol y con la Luna, pidiendo consejo antes
de dar el primer golpe en busca de la arista perfecta.
Hoy enmascaradas son parte de un patrimonio
cultural que sólo valora el proceso histórico colonial y neocolonial de menos
de 500 años, subestimando así más de 15.000 años de historia de los Pueblos y
Nacionalidades Indias del Ecuador y los orígenes reales de nuestra
Identidad.