MEDICOS O CURANDEROS AMAZÓNICOS
Estelina Quinatoa
Cotacachi
Ponencia
en:
EN
SIMPOSIO INTERNACIONAL: “EL AMAZONAS RUTA CULTURAL MILENARIA”, XXV DE “LA
EXPEDICIÓN EN CANOA DEL AMAZONAS AL CARIBE”. CCE. PROCULTUR.
Un
reconocimiento a mis hijos en esta ponencia: a Andrés Ayala por la corrección
literaria, a Tomás Ayala y Tamia Ayala.
Para
empezar a hablar sobre las culturas amazónicas ecuatorianas, quiero expresar mi
profundo respeto a todos los pueblos de esa región, pedir permiso a sus ancianos (guías espirituales
tradicionales), como también solicitar la aprobación a sus dioses protectores.
Debo
indicar que en principio son las nacionalidades amazónicas quienes deben tener
la oportunidad de hablar de su vida, su cultura e identidad en primera voz y ojalá
dentro de su propio contexto para obligarnos a un acercamiento respetuoso a su
cosmovisión y valorar su relación con el medio ambiente.
Quiero
compartir mi reflexión sobre las investigaciones en esta región y el respeto a la
cultura de los habitantes originarios, quienes han tenido un tratamiento injusto
como grupo humano en temas: históricos, antropológicos, arqueológicos,
sociales, sus aportes para conocer la biodiversidad, su especial interrelación
con la naturaleza, etc.
Según
Miguel Cabodevilla (1996) sacerdote que traspasó su misión religiosa para
valorar y defender las culturas del Oriente ecuatoriano, allá no había “selva virgen”, pues estuvo habitada miles de
años atrás. Que para el mundo occidental sea conocida únicamente desde hace cinco siglos
atrás no es una visión real ni completa. La cuenca amazónica es un sistema vivo
donde el agua, es el principal elemento que lo constituye y lo define. Esta
cuenca está conformada por el drenaje de las aguas que llegan desde la cordillera
andina, de las precipitaciones formando humedales y trazos de los ríos secos que
crean planicies inundadas, la suma de estos fenómenos establecen la base para
la rica biodiversidad amazónica.
La
presencia de petroglifos y objetos de
cerámica y piedra representando a las deidades antropo-zoomorfas con contenido
simbólico son las evidencias materiales de las poblaciones milenarias que
habitaron la selva, donde había una interrelación profunda entre naturaleza y
seres humanos; las personas originarias domesticaron y conocieron las
características de la flora y fauna. Las actividades estaban organizadas en grupos
de cazadores y recolectores, otros dedicados a la horticultura y a distintas
actividades para satisfacer sus necesidades.
La selva
es el espacio natural de estos pueblos, desde tiempos inmemoriales varias sociedades ocuparon las riberas de los
ríos y la parte alta de los territorios. Su medio les exigió la habilidad de
movilizarse sobre los ríos en las embarcaciones construidas con un conocimiento
experto de los materiales y las formas.
Desde la
visión ajena a su cultura se los clasificó como tribus o clanes, a las estructuras
sociales y guerreras de supervivencia propias del lugar con incursiones de
explotación de recursos. Estas sociedades formaron unidades parentales al
interior del conjunto, basada en la endogamia, con intercambios matrimoniales
entre clanes y linajes.
Según
varios estudios, sus viviendas tradicionales son conocidas como “malocas” o
“jea” eran y continúan siendo casas colectivas que albergan a familias extendidas
de varias generaciones. Las malocas duran aproximadamente 25 años. Los
materiales para su construcción fueron:
la palma de pijuayo, árbol que tenía referencia cósmica, como una réplica de la casa celestial donde
habitan las deidades que siguen a la trayectoria del sol y de varias
constelaciones.
El árbol
de “pijuayo” o palma de monte a más de ser el material por excelencia para la
construcción de sus viviendas, está cargado de una simbología religiosa en
todas sus partes, completamente utilizada
para una vivienda colectiva: el tronco para pilares, la parte interna líquida del tronco para
fermentar sus bebidas, las hojas para las cubiertas, y su corteza es utilizada para
pisos y embarcaciones.
La vida semi-sedentaria
dio lugar a la toma de conciencia sobre territorialidad por parte de las
personas, especialmente en los pueblos asentados en las riberas de los ríos.
Los pasos
naturales en la ceja de montaña de la cordillera oriental también jugaron un
papel importante en la supervivencia y desarrollo de estas sociedades al
permitir el flujo de migraciones dedicadas al comercio y el intercambio
cultural con los centros occidentales de Papallacta, Baños, Palora, etc. Por
eso se entiende la estrecha relación
cultural en el desarrollo de las culturas serranas y costeñas, su
influencia en los conocimientos de la medicina y la estética utilizando
materiales amazónicos, como el caso de
las plumas multicolores y una gran variedad de semillas.
“La selva
vive permanentemente un ciclo autónomo, crece, se alza sobre su propia
caducidad: así devora sin pausa los restos de unas culturas aniquiladas que
fueron construidas con sus mismos materiales perecibles”. (Cabodevilla, 1996:
24)
Desde el
principio su organización social estaba regida por los sabios conocedores de
los secretos de la naturaleza y de los espíritus de la selva, lo que les
permitió una comunión con la naturaleza y ubicarse de manera igual que los
demás elementos a su alrededor. Así se desarrollaron y coexistieron diversos
grupos humanos cada uno con su propia lengua e identidad cultural.
En la
antigüedad fueron grupos humanos desarrollándose con un sentido histórico de
territorialidad étnica respetando los derechos ancestrales de los linajes.
Explicando su presencia y espacio físico a través de los mitos. Al igual que en
otras sociedades los pueblos amazónicos atravesaron fusiones, guerras y
migraciones por esta dinámica cultural.
Estas
poblaciones se enfrentan hoy a situaciones distintas como consecuencia de la
llegada de otros grupos humanos ajenos al medio y a sus culturas. Ejemplo claro son los Huaorani quienes han
sido grandemente afectados por su resistencia a abandonar las antiguas formas
de vida trans-humante.
En cuanto
a las investigaciones desde el mundo occidental las investigaciones arqueológicas,
han sido muy escasas; por ejemplo se conoce el trabajo de los esposos Evans y
Meggers. Entre 1956 y 1968 se encontraron algunas evidencias habitacionales de
los amazónicos muertos y fueron ellos quienes denominaron a una determinada clase
de cerámica como la “Fase Napo”. Pedro Porras, en sus publicaciones en los años
1973, 1980 y 1987 describe varios sitios y materiales desde Jondachi para
describir a los primeros amazónicos exclusivamente cazadores y recolectores,
luego de los grupos sedentarios y horticultores, además de los contactos con la
Costa por los objetos de spondylus hallados
en la Cueva de los Tayos.
El sitio
que Porras llamó “Sangay” fue denominado por Ernesto Salazar “Huápula”, son estructuras y montículos de
carácter ceremonial. Francisco Valdez sus trabajos más recientes en Morona
Chinchipe en el sitio “Palanda” del período Formativo muestra las evidencias de
contactos con la costa peruana.
En las décadas
posteriores se ha realizado la “arqueología de rescate” patrocinado por las
petroleras (cumpliendo con un requisito de la Ley de Patrimonio Cultural). Trabajos de Santos Ortiz Villalba,
Echeverría, Netherly, Delgado, Vásquez, entre otros han aportado en el
conocimiento de objetos y sitios ancestrales amazónicos; materiales que han
permitido la información para conocer su
cultura.
Según los
registros, en el siglo XVI, los capitanes españoles: Orellana, Pizarro y Pineda
lideraron grupos expedicionarios hacia el oriente entrando por primera vez en
contacto con estos pueblos. Las incursiones paulatinas de los misioneros con objetivos religiosos, ingresaron a la selva;
es así que Dominicos y Franciscanos establecieron
misiones, posteriormente, en el siglo XIX los Jesuitas y en el siglo XX los
Capuchinos y Salesianos quienes continúan con este proceso hasta la actualidad,
con el mismo fin los misioneros evangélicos del Instituto Lingüístico de Verano
ILV. Este último fue el autor de consecuencias desastrosas a las culturas
amazónicas por el cambio radical de cultura de los evangelizados.
El fin de
estas misiones era “evangelizar y civilizar” a los grupos humanos considerados
como “el buen salvaje”, “material” para las buenas intenciones de los
“salvadores”. Salvo contados casos excepcionales como el proceso Salesiano, la
mayoría llegó con una lógica cultural muy distinta a la existente en la
Amazonía.
En cuanto
a los antropólogos que han trabajado en esa región debo reconocer el trabajo
realizado por Jorge Trujillo, quien durante décadas ha compartido la vida de
los amazónicos y difundido sus experiencias desde el respeto hacia su cultura.
Trujillo reconoce el aporte de estos pueblos, sobre todo en el conocimiento de
las características y propiedades de plantas y animales, el dominio por parte
de sus guías-médicos y el manejo de las
fuerzas espirituales presentes en la Amazonía como alternativa para la salud.
(Comunicación personal, 2008)
Se sabe
que los Incas realizaron pocas incursiones a este territorio. Sin embargo se conoce que los Incas tenían
relaciones comerciales con estos pueblos, sobre todo por los productos
suntuarios, de plantas y maderas sagradas, así como la obtención de los
conocimientos y prácticas para la salud a través de los chamanes amazónicos.
Es
importante anotar que partir desde el siglo XIX, empezó con fuerza la migración indígena desde varios lugares de la Sierra hacia
la Amazonía, muchos huyendo de la sobre-explotación laboral por parte de los
hacendados, encontrando refugio y posibilidad de supervivencia entre las
culturas amazónicas, iniciándose el
mestizaje biológico y cultural. Desde
aquellos tiempos la fluctuación de migrantes indígenas no se ha detenido,
continuando hasta ahora, aunque en mucho menor grado.
El
mestizaje indígena amazónico y serrano, dio origen a los pueblos hoy
denominados Kichwas del Oriente. El idioma Kichwa se ha ido generalizando y hoy
tiene identidades propias como lengua amazónica siendo parte de los rasgos
lingüísticos identitarios del segundo grupo
humano más numeroso de la región.
Las
incursiones de gente foránea, como es el caso de los extractores de caucho,
cuyo fin fue exclusivamente explotar este material con objetivos económicos,
devastaron no solo la naturaleza sino todas las formas de vida endémicas. Las
petroleras extranjeras y nacionales, salvo contados casos, recurrieron al
trabajo de los antropólogos y otros especialistas para determinar la cantidad
de personas y su forma de vida controlando el impacto en los pueblos estudiados
y verificando el cambio cultural de los pueblos. Por otro lado la agresiva extracción
petrolera en la región amazónica es devastadora exterminando toda forma de vida
al envenenar el suelo, plantas, animales
y seres humanos.
Durante el
siglo XX, las distintas migraciones de
la población mestiza denominados como “colonos” poblaron, sobre todo la parte
norte de esa región, ocupando la selva e implementando sobre todo la ganadería,
tala de bosques, la agricultura de productos no nativos depredaron y transformaron
el medio ambiente original. De manera que ahora el paisaje amazónico endémico
existe solo en lugares alejados donde
habitan los indígenas que
voluntariamente han decidido mantener y vivir
su cultura original.
CULTURA, IDENTIDAD Y PATRIMONIO DE LAS NACIONALIDADES AMAZÓNICAS
La cultura se edifica dentro de la realidad socio-histórica, como una construcción dialéctica por la respuesta y creación ininterrumpida de los seres humanos frente a su vida y realidad, realizando la producción simbólica. Posibilita el equilibrio entre cambio, permanencia y transformación. “Entendida la cultura como forma de ser y de hacer, en el cual un pueblo construye sus significantes y significados, podemos comprender que ella “modela” una identidad que la distingue y la diferencia”. La cultura como construcción simbólica.
De la cultura nacen las múltiples identidades como un discurso propio y legítimo. El atributo de la cultura es la "trasmisibilidad", que puede traspasar desde un individuo, una generación, una época, una región o un pueblo a otro por medio de mecanismos sociales, en una de "forma de herencia social".
Gracias a la cultura, los pueblos sometidos a la dominación y explotación han resistido y han reinterpretado elementos de la cultura dominante, para afirmar sus propios recursos culturales. El principal obstáculo entre el poder dominante y los pueblos dominados es la cultura. Sometidos en lo político, polarizados en lo social, dependientes en lo económico, nuestros países resisten a la colonización con su especifidad cultural (Ibarra, 2008).
Cultura e identidad no están separados ni contrapuestos, son una unidad que expresa los valores espirituales y materiales del ser humano. La identidad cultural es la matriz ideológica en la que un pueblo se puede reconocer como tal y actuar como conjunto colectivo. El proceso de construcción de identidad (individual y colectiva) es un acto de selección de elementos referenciales a los que se les asigna un sentido de propiedad y al que grupos e individuos se adscriben y a partir de los que pueden decir "Yo soy esto".
De la cultura nacen las múltiples identidades como un discurso propio y legítimo. El atributo de la cultura es la "trasmisibilidad", que puede traspasar desde un individuo, una generación, una época, una región o un pueblo a otro por medio de mecanismos sociales, en una de "forma de herencia social".
Gracias a la cultura, los pueblos sometidos a la dominación y explotación han resistido y han reinterpretado elementos de la cultura dominante, para afirmar sus propios recursos culturales. El principal obstáculo entre el poder dominante y los pueblos dominados es la cultura. Sometidos en lo político, polarizados en lo social, dependientes en lo económico, nuestros países resisten a la colonización con su especifidad cultural (Ibarra, 2008).
Cultura e identidad no están separados ni contrapuestos, son una unidad que expresa los valores espirituales y materiales del ser humano. La identidad cultural es la matriz ideológica en la que un pueblo se puede reconocer como tal y actuar como conjunto colectivo. El proceso de construcción de identidad (individual y colectiva) es un acto de selección de elementos referenciales a los que se les asigna un sentido de propiedad y al que grupos e individuos se adscriben y a partir de los que pueden decir "Yo soy esto".
Art.21.
Las personas tiene derecho a construir y mantener su identidad, a decidir sobre
su pertenencia a una o varias comunidades culturales y a expresar dichas elecciones; a la libre estética, a conocer la memoria
histórica de sus culturas y acceder a su
patrimonio cultural, a difundir sus propias expresiones culturales y tener
acceso a expresiones culturales diversas.
No
se podrá invocar la cultura cuando se atente los derechos culturales
reconocidos en la Constitución”.
(Artículo de la Constitución del 2008)
Respaldados en la
Constitución que reconoce y garantiza la diversidad cultural de los pueblos que
conformamos el Ecuador: mestizos, nacionalidades indígenas, montubios y
afro-ecuatorianos, como principio de aplicación de los derechos que faculta a
ejercer, promulgar y exigir individual y colectivamente los derechos culturales, con directa e
inmediata aplicación en todas las instancias del Estado.
En relación a los derechos
colectivos de los pueblos que conforman el Ecuador plurinacional y
multicultural en el artículo 57 y 58 de la Actual Constitución en materia de identidad cultural se establece lo siguiente:
57.1.
Mantener, desarrollar y fortalecer su identidad, sentido de pertenencia,
tradiciones ancestrales y formas de organización social.
57.12.
Mantener, proteger y desarrollar los conocimientos colectivos, sus ciencias,
tecnologías y saberes ancestrales, los recursos genéticos que contienen la
diversidad biológica y la agro-biodiversidad; sus medicinas y prácticas de
medicina tradicional, con inclusión del derecho a recuperar, promover y
proteger sus lugares rituales y sagrados, así como plantas, animales, minerales
y ecosistemas dentro de sus territorios; y el conocimiento de los recursos y
propiedades de la fauna y la flora”.
El Ecuador y los pueblos que
conformamos, hemos heredado colectivamente de nuestros antepasados remotos y mediatos un patrimonio valioso,
construcción cultural que entendemos significaciones de la naturaleza;
patrimonio histórico, patrimonio cultural y patrimonio natural es una
construcción cultural sujetos a cambios en función de circunstancias históricas
y sociales. Así nuestro patrimonio tangible e intangible colectivo incluye
bienes culturales y naturales, este patrimonio se encuentra amparado por nuestra Constitución, demás leyes del Estado
y de instituciones internacionales.
El patrimonio de los pueblos
sirve para establecer vínculos entre personas y pueblos generando un nexo entre
generador y receptor, patrimonio que transcurre del pasado al futuro
relacionando distintas generaciones.
El concepto y la
valoración de patrimonio de un pueblo es una realidad material y espiritual,
atribuido directamente a la existencia de los valores, ligado al sentimiento de
propiedad real o simbólica, individual, colectiva y social de los que atribuyen
o perciben esos valores que utilizan para construir ese sentimiento de
propiedad y pertenencia. Procesos de construcción de identidades a partir de
esos elementos patrimoniales.
“Sin embargo, el patrimonio cultural se
enriquece por nuevos acercamientos de la colectividad a los objetos de su
historia a través de los actos en los que generaciones sucesivas se reconocen
como herederas y custodias de algo realizado por sus antepasados.”[1]
El patrimonio
y la identidad cultural, como cualquier otro producto de la actividad humana,
son elementos imprescindibles para los
pueblos y éstos no son estáticos, sino
entidades sujetas a cambios, condicionadas por factores internos y externos, supeditados a una sistemática retroalimentación mutua.
El objetivo para las nacionalidades en este
caso las amazónicas es la protección de la vida espiritual y cultural. Varios
elementos de nuestra cultura como nuestra cosmovisión y nuestra manera
particular de enfrentar las situaciones como por ejemplo frente a los
componentes de la naturaleza, concebida como la Madre Tierra, la vida comunal y
colectiva, las tecnologías agrícolas, etc., son heredados de los ancestros. Las
nacionalidades y pueblos indígenas amazónicos continúan con las prácticas religiosas ancestrales.
La recuperación de
los objetos sagrados y ceremoniales por parte de las nacionalidades indígenas,
también requiere de la capacitación, conocimiento y fortalecimiento de sus
culturas con el fin de crear una apropiación real de estos principios.
La extracción legal e ilegal de los objetos en
territorios y tierras de las comunidades, el saqueo de los buscadores de
antigüedades se suman a la pobreza e ignorancia y la pérdida de los derechos
sobre la tierra son factores decisivos para la industria del comercio ilícito
de bienes culturales, los indígenas privados de su capacidad de subsistir por
sus propios medios se han visto en la necesidad
de vender su patrimonio.
Si creemos en una cultura en evolución
permanente, en plena comunicación a través de cientos de canales, creemos
también en la afirmación de la identidad cultural, no como una momificación de
formas del pasado para consumo turístico ni como una programación de
resurrecciones formales que institucionalicen “estilos nacionales”, sino como
una asimilación espontánea de lo que fuimos y todavía somos, como una
revitalización coherente de nuestras precedencias que coexisten, es en este
sentido que debemos entender la
conservación del patrimonio cultural
como fundamento de identidad.
Art. 380 Serán responsabilidad del Estado:
1.- Velar mediante políticas
permanentes por la identificación,
protección, defensa, conservación, restauración, difusión y acrecentamiento del
patrimonio cultural tangible e intangible, de la riqueza histórica, artística,
lingüística y arqueológica, de la memoria colectiva y del conjunto de valores y manifestaciones que configuran
la identidad plurinacional, pluricultural y multiétnica del Ecuador.
La práctica y aplicación genuina de la
Interculturalidad garantizará el pleno
ejercicio de los derechos de los
pueblos, necesario para consolidar y
reafirmar la unión de la población
plurinacional, para enraizar la democracia, la paz y la libertad, como
expresión soberana, independiente y democrática de las nacionalidades: mestiza
urbana y rural, indígena y afro-ecuatoriana.
El Estado intercultural debe garantizar la participación y
compromiso de todas las nacionalidades hasta alcanzar el desarrollo económico,
político y social en un marco de mutua cooperación, reciprocidad e igualdad.
(Proyecto Político CONAIE ,1994)
La interculturalidad deviene de una sociedad plurinacional y en el
Ecuador amparados en la Constitución
desde el 2008, nos obliga a que en la práctica cotidiana respetemos y consideremos
a las personas de la otra cultura, porque así esperamos que se respete nuestra
cultura. Esa alteridad exige que las
culturas no amazónicas, principalmente la mestiza, conozca, valore y respete en
su totalidad la forma de vida de las culturas
amazónicas.
Del Estado y gobiernos esperamos que se inicien y fortalezcan los
procesos de reinserción plena de los pueblos en el contexto nacional sustentado
en el derecho que los respalde como entidades con particularidades
socio-culturales.
En estos
últimos años se ha intensificado la presencia en el ámbito público de los pueblos
indígenas del Ecuador, por su
autodeterminación y resistencia, así como su voluntad de participar en la vida
nacional han permitiendo crear diálogos entre las poblaciones mestizas,
indígenas y afros.
Los
pueblos y nacionalidades indígenas amazónicos tiene sus núcleos territoriales
tradicionales y son: Achuar, a’i o
Cofan, Waorani, Kichwa, Secoya, Shiwiar,
Shuar, siona y Zápara y posiblemente los
pueblos sin contacto con la cultura nacional; los Taromenane, Tagaeri, cada una
con sus lenguas y culturas.
A
continuación presento los datos de sus realidades socioculturales, elaborados
por las propias nacionalidades amazónicas, motivadas por sus organizaciones de
base de datos para el registro de las organizaciones nacionales, sistematizado
y publicado por el SIDENPE No. 30 del año 2002, con el fin de propender a la
exigencia de sus derechos universales como pueblos ecuatorianos de cultura e
identidad definida:
A’I COFAN.- Su lengua el
A’ingae. Su territorio geopolítico tienen presencia binacional en Colombia y
Ecuador. En nuestro país están ubicados en la provincia de Sucumbíos, cantón
Lago Agrio, parroquias Dureno y Jambelí; cantón Cuyabeno, parroquia Cuyabeno;
cantón Sucumbíos, parroquia La Bonita. En las comunidades Sinangüé, Zábalo, Chandía Na’en,
Tayuso, Coque, Dovuno y Dureno.
Su
organización tradicional fue en grupos dirigida por un chamán. Desde 1955, por
la intromisión del instituto lingüístico de verano, ILV se promovieron la nuclearización de sus asentamientos, trastocando su cultura
espiritual y médica como el uso del yagé
.
.
Territorio
tradicional.- habitaban en las cuencas
de los ríos Aguarico, Guanúes y San Miguel incluyendo Lago Agrio capital
provincial y sus alrededores. Su territorio fue atomizado y fraccionado a
partir de 1967 por la explotación petrolera. Son seis comunidades Cofan. Su
territorio ancestral lo están tratando con el Estado para conseguir su
legalización.
SECOYA.- Su idioma es el
Paicoca, tiene presencia binacional en Perú y Ecuador, en la provincia de Sucumbíos, cantón
Shushufindi, parroquia San Roque y en el cantón Cuyabeno, parroquia Tarapoa en
las riberas del río Aguarico.
Organizados
en el núcleo familiar, la unión de familias son las comunidades legalizadas
como centros. Políticamente están
organizados como Secoyas. Ubicados en tres comunidades San Pablo de Catëtsiaya
y Siecoya Remolino Ñe’ñena, en la parroquia de San Roque, cantón Shushufindi,
Eno, en la parroquia Tarapoa, cantón Cuyabeno.
SIONA.- Su idioma es el
Paicoca, presencia binacional en Colombia y Ecuador; en la provincia de
Sucumbíos, cantón Putumayo, parroquia Puerto Bolívar y en el cantón Shushufindi
parroquia San Roque.
Su
territorio ancestral está en proceso de recuperación con las instituciones del
Estado. Su ocupación en las comunidades de Puerto Bolívar, Bi’aña y Orahuëaya.
La población Siona original fue diezmada por enfermedades introducidas por
agentes foráneos y por la explotación del caucho en las que fueron involucrados
directamente.
La
influencia de las misiones religiosas y la migración provocada por ellas cambió
el patrón de asentamiento de la forma dispersa a la nuclearización de aldeas.
Se aliaron con los Secoya y conformaron la nacionalidad Siona-Secoya. Actualmente están separados y los Siona
conformaron la nacionalidad Siona del Ecuador. La cohesión social y política es
muy débil debido a la tendencia a la dispersión resultado de la presión territorial
por las petroleras y la colonización.
SHIWIAR.- Su idioma es el
Shiwiar Chicham, actualmente son trilingües: Shiwiar Chicham, kichwa y
español. Los Shiwiar ha sido incorporados
al complejo socio-etno-lingüístico Shuar y Achuar.
En 1950 el
ILV afectó radicalmente sus formas de
organización social y espacial. Obligados a una vida sedentaria entraron en un
proceso de evangelización y escolaridad que significó la adopción de una nueva
religión y el aprendizaje del español.
Dentro de
su patrimonio territorial los Shiwiar conforman las comunidades dispersas de:
Kurintsa, Tunguintsa, Cambantsa, Panintza, Chuintza, Tanguntza, Juyuintza,
Pientza y Bufeo.
Están
ubicados en el sur este de la provincia de Pastaza, parroquia Río Corrientes.
Tradicionalmente fueron los habitantes de los territorios en las cuencas altas
de los ríos Corrientes y Tigre, localizadas en Numi-Inidi en kambaentsa cursos
medio y alto de los dos ríos.
Sus
asentamientos actuales son las riberas de los ríos Corrientes, Shiona y
Chuintza, en el límite con el Perú denominada franja de seguridad nacional.
Pueblo en situación de binacionalidad
como resultado de la guerra entre Ecuador y Perú en 1941, quedando las
familias en territorio fragmentado, disperso e incomunicado. En 1992 obtuvieron la legalización de una parte
significativa de su territorio.
Fueron reconocidos como nacionalidad por la CONAIE
en 1999. Acción política que contribuyó al desarrollo en el manejo sustentable
de los recursos naturales y protección de la biodiversidad en su territorio.
Organizados en una asociación con sede en la ciudad del Puyo.
HUAORANI.- Su idioma es el
Huao Tiriro, lengua que es patrimonio exclusivo de esta nacionalidad. Entre los
Huaorani existen grupos fuera de contacto como los Tagaeri, Taromenane y
Oñamenane, que viven dentro de su territorio legalizado. La población
Huaorani en contacto con lo exterior, están
organizados en 28 comunidades.
La unidad
básica tradicional es el “nanicabo” constituido por familias ampliadas de seis
a diez familias, que habitan dentro de una misma maloca. La unidad territorial
o grupo local se denomina “huaomoni” que es la unión de varios nanicabos. Su
organización social es de carácter endógamo, con matrimonios entre primos
cruzados y a través de alianzas. Las
formas actuales de semi-asentamiento lo conforman dos o tres huaomoni de
diverso origen, viven en malocas agrupadas o en grupos domésticos aislados. El
organismo mayor es el Consejo Byle Huaorani, que es la Asamblea de toda la
nacionalidad que dirige a la organización nacional Huaorani.
Su
territorio abarca tres provincias: Orellana, cantón Orellana, parroquia Dayuma;
cantón Aguarico parroquias Tiputini, Yasuní y Santa María de Huiririma;
provincia de Pastaza, cantón Arajuno, parroquia Curaray; provincia de Napo,
cantón Tena, parroquia Chontapunta.
Su
territorio tradicional fue desde la margen derecha del río Napo y la izquierda
del Curaray, mantuvieron sus territorios mediante guerras. A partir de 1958 con
la presencia permanente del ILV se inició la época de contacto con lo
exterior. Su territorio legalizado en
1990 fue desmembrado del Parque Nacional Yasuní.
ZÁPARA.- Su idioma es el
Zápara tienen presencia binacional en Perú y Ecuador, en la provincia de
Pastaza, cantón Pastaza parroquias Sarayacu y Río Tigre.
Existen 10
comunidades Zápara en la parroquia Río Tigre: Cuyacocha, Conambo, Pindoyaco,
Balsaura, Wininima, Torimbo, Shiona en la parroquia Sarayacu: Jandiayacu,
Llanchama Cocha, Mazaramu.
Su
territorio tradicional no está demarcado, desde 1970 tienen problemas por las
incursiones de los Kichwa, colonos y Achuar. Su territorio legalizado está
zonificado como área de reserva para la cacería. Están trabajando para la
demarcación de su territorio.
En el año
2001 obtuvieron el reconocimiento de “Patrimonio Cultural y Material de la
Humanidad” por la UNESCO con financiamiento para 10 años para revalorizar la
cultura e idioma zápara. Se encuentran en el proceso de recuperación de su
identidad.
ACHUAR.- Su idioma es el
Achuar Chicham, perteneciente a la familia lingüística jivaroana. Tienen una
presencia binacional, en Perú departamento de Loreto, provincias Alto Amazonas
y Loreto. En Ecuador, provincia de Pastaza, cantón Pastaza, parroquias:
Montalvo y Simón Bolívar, provincia Morona Santiago, cantón Taisha, parroquia
Huasaga.
Están
ubicados en la riberas de los ríos
Macuma y Huasaga, conformando 56 centros con aproximadamente 830 familias.
Los
centros están asociados para facilitar la dotación de servicios de
infraestructura básica. La unión de asociaciones conforma la Federación
interprovincial Achuar del Ecuador, con una coordinación en la ciudad de Macas.
Su
territorio ancestral fue en el Transcutucú en Pastaza y Morona Santiago. Sus
territorios actuales están en tres comunidades: una en Morona Santiago y dos en
Pastaza. Los títulos son colectivos por centros cuentan con sus propios
reglamentos para la demarcación de territorio.
SHUAR.- Su idioma el Shuar
Chicham, perteneciente a la familia lingüística jivaroana, al igual que los
idiomas de los Shiwiar y Achuar de Ecuador y Perú y de los Awajun o Awaruna en
Perú.
Los Shuar
tienen presencia binacional se
encuentran en el Ecuador y Perú: departamento Amazonas, provincia de Condorcanqui,
distrito Río Santiago, departamento Loreto, provincia Alto Amazonas, distritos
Barranca y Morona.
En
Ecuador: principalmente se encuentran ubicados en las provincias de Morona
Santiago, Pastaza y Zamora Chinchipe, asentamientos en Sucumbíos y Orellana en
la Amazonía y en el litoral en Guayas y Esmeraldas.
La familia
es la unidad de reproducción biológica y cultural, es una sociedad clánica, sus
miembros están unidos por lazos de sangre y conformados por familias ampliadas.
La poliginia o matrimonio de los hombres con varias mujeres, preferentemente
sororal, es decir con las hermanas de la
esposa (cuñadas) y el levirato (matrimonio con la viuda del hermano).
Actualmente están en un proceso de cambio de tipo de matrimonio: monógamo y
exógamo por las relaciones ampliadas e inter-étnicas. El poder político y
religioso fue ejercido por un uwishim shamán, en caso de guerra nombraban a un
jefe temporal. Los centros están aglutinados en federaciones.
Coordinan
acciones en defensa de los derechos de las nacionalidades ante la presión de
las petroleras. El sentido de pertenecía a la nacionalidad es muy marcado, es
decir que su identidad es fuerte y vigorosa. Con la firma del Tratado de Paz
entre Perú y Ecuador se han realizado encuentros binacionales entre miembros de
la nacionalidad Shuar que fueron separados en 1941 por la guerra entre Perú y
Ecuador.
La
población Shuar está distribuida en aproximadamente 668 comunidades; Muraya Shuar, (gente de la montaña), asentados
en el valle del río Upano, Los Untsuri Shuar , (gente numerosa) situados entre
las cordilleras del Cóndor y Cutucú, los Pacanmaya Shuar que viven en la zona
del Transcutucú.
Su
territorio tradicional fue la provincia de Morona Santiago y por la expansión
petrolera y minera, de la presión demográfica y de los incontrolables procesos
de colonización, paulatinamente los Shuar perdieron una parte de sus
territorios ancestrales en las zonas colonizadas de Morona Santiago, que les
obligó a ocupar tierras ribereñas y de selva baja en territorios de los Achuar
en el Transcutucú y en los de los
Huaorani, Zápara y otros. Actualmente están en los procesos de recuperación de
sus territorios.
KICHWA DE LA AMAZONÍA.-Su
idioma es el Runa Shimi, con diferencias dialectales con el kichwa serrano, En
Napo el dialecto del Bobonaza es hablada a lo largo del río Bobonaza y Puyo. El
dialecto Tena, es hablada en Tena, Arajuno, Ahuano (relacionado al serrano). El
dialecto Limoncocha es hablado a lo largo de los ríos Napo y Suno. Su segunda
lengua es el castellano por la interrelación con la población mestiza.
Conforman
una misma tradición cultural y lingüística: el pueblo Napo-Kichwa y el pueblo
Kichwa de Pastaza o Canelo-Kichwa.
La ubicación
geográfica y territorial de los kichwas del Napo se asienta en las provincias
de Napo, Orellana y Sucumbíos, en las cuencas de los ríos: Napo, Aguarico, San
Miguel, Putumayo y en las ciudades de Tena, Coca y Nueva Loja, en territorio
peruano y colombiano. En la margen del río Napo, limitan con territorio de los
Huaorani.
En las
provincias de Napo, Pastaza, Sucumbíos, Orellana, están organizados
aproximadamente en 438 comunidades, de base familiar o ayllu. En los años 60 se
cambia notablemente su estructura organizativa sociopolítica de comunas,
centros, asociaciones y federaciones por la opción ganadera como estrategia
productiva y por la influencia cada vez mayor del Estado. Organizaciones
regidas por un Cabildo, nombrado en Asamblea general es la máxima autoridad de
los Kichwas.
Esta breve
descripción de las nacionalidades amazónicas poseedoras de su lengua original,
sus formas de vida similares y diferentes a la vez, propias de cada grupo, los
problemas de despojo de sus territorios. La asimilación de nuevas prácticas
culturales por parte de estas nacionalidades y por lo tanto sus nuevas
necesidades en un medio que ya no les satisface, porque sus conocimientos, su
relación sagrada con la naturaleza, han disminuido o se han perdido. Sumergidos muchas veces involuntariamente en
un nuevo sistema económico, social y cultural en el que la selva ya no les
satisface como es el caso del uso del
dinero, forman parte de los grupos humanos más empobrecidos dentro del sistema
político y económico del país.
El presente trabajo tiene el objetivo de
incentivar al auditorio a reflexionar sobre esta realidad que nos atañe a todos
los ecuatorianos y cambiar positivamente en el sentido humano para la
construcción de una nueva sociedad intercultural equitativa, solidaria y sobre
todo rica y diversa en culturas, trabajando para que podamos coexistir en
armonía e igualdad de condiciones y oportunidades.
En el
estricto sentido de humanidad, resarcir a estos pueblos lo que el Ecuador
(Estado y población) le debemos y
tomarlos en cuenta no de manera paternalista sino como actores con poder de
decisión al diseñar y ejecutar nuevos
sistemas y programas de vida y desarrollo en el Ecuador, con la garantía de su
participación como dueños del patrimonio tangible e intangible, sus
conocimientos de la flora y la fauna existentes en sus territorios y estos como
indispensables para la existencia humana, es una alternativa de vida a nivel
universal.
Desde
donde estemos estaremos apoyando para que en un futuro cercano nos sentemos
juntos las personas miembros de cada grupo cultural de nuestro país para
cumplir el precepto de interculturalidad meta política actual, iniciando así un
verdadero acercamiento y diálogo entre
ecuatorianos e ir construyendo nuestro propio destino común más justo .
Estelina Quinatoa Cotacachi
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“Cuyabeno ancestral”
“Espírit of the Huaorani”
“Ecuador”
“Huaorani los últimos guerreros”
“Huaorani, A’i, Shiwiar y secoya”
“Vidas míticas” y otros.