Y después del 15 de Noviembre de 1922, se hizo costumbre entre la gente del
pueblo que había perdido algún pariente aquella trágica fecha, año tras año
llegar hacia las orillas de la ría para arrojar cruces y guirnaldas en recuerdo
de sus seres queridos que nunca más regresaron a casa, niños, mujeres y obreros
masacrados a traición por los cuerpos represivos estatales y cuyos mutilados
cuerpos fueron desaparecidos en fosas comunes o hundidos en el Guayas, todo
bajo las órdenes directas de las envilecidas oligarquías costeñas.
Hoy luego de 92 años de aquella matanza, las cosas no han cambiado
demasiado, una recalcitrante derecha retardataria y sus serviles lacayos
pretenden mantener al pueblo dominado, igual o más que en aquel lúgubre pasado.
JAS. 2014.