Desde el contacto europeo en nuestro
continente, llamado por nuestros ancestros como Pacha Mama o Abya Yala, se da
inicio a procesos de un mestizaje cultural y biológico en el cual se fusionan
dos culturas y dos maneras de ver al mundo, la una formada por quienes llegaban
del Viejo Continente, en búsqueda de
fama, gloria y fáciles riquezas, la otra nosotros los nativos del Nuevo Continente
poseedores de un tesoro más valioso que el oro y las piedras preciosas, el Dorado
verdadero, buscado por tanto aventurero, que en realidad era nuestra posición en la Mitad del
Mundo donde el sol caía recto sobre la Madre Tierra volviéndola generosa y
fecunda.
Es esta variada mezcla de pensamientos, creencias,
tradiciones y festividades que forman parte del patrimonio cultural material e inmaterial
del Ecuador y que son componente fundamental del imaginario popular y aquella
pretendida identidad intercultural, del que surge un delicioso plato conocido
como la fanesca, potaje de orígenes hispanos e indígenas, preparado en base a variados
granos y pescado seco de preferencia un buen bacalao, acompañado de un espeso puré
de papas llamado molo, en la parte de la sierra centro norte del país, también
las masitas o empanaditas de harina de castilla, y por cierto el infaltable
postre que podía ser un arroz con leche o dulce de higos con su tajada de
queso tierno o quesillo.
Por lo general la elaboración de la
fanesca es una tarea familiar, por lo complicado del plato todos intervienen,
ya sea desgranando y pelando los granos, otros desaguando el pescado o
preparando los dulces tradicionales, es en esta época de cuaresma especialmente
el viernes santo día en el cual la iglesia prohíbe la carne y otras tentaciones
terrenales, tiempos de reflexión religiosa,
hasta no hace mucho existía la costumbre de brindar a los familiares
y amigos un buen plato de fanesca, hoy por la dificultad de su elaboración y su
costo muchas personas prefieren salir a degustar el plato en restaurantes
especializados o ferias populares días antes, durante y después de la semana
santa.
Ecuador tierra de mágicos sabores,
olores y texturas, quien te conoce no puede dejar de amarte.
PROCULTUR 2015.